Se trata de un vehículo legal utilizado para unir esfuerzos entre las partes para la
edificación y desarrollo de proyectos inmobiliarios, asegurando a las partes que el
reparto de las contraprestaciones se hará conforme a lo pactado, sirviendo además
como herramienta idónea para garantizar obligaciones contraídas con los acreditantes.
1. Se constituye un patrimonio autónomo de las partes, por tanto son bienes
 inembargables.
2. Clara responsabilidad de las partes y posibilidad de sustituir, dependiendo del caso,
 a: El dueño de la tierra; el desarrollador inmobiliario; el acreedor del crédito puente
 o individual.
3. Control de gestiones, autorizaciones y licencias.
4. Disminución de carga administrativa del Desarrollador, desde el inicio del proyecto
 hasta la extinción del Fideicomiso.
5. La posesión física se le entrega al Desarrollador.
6. Toma de control por parte de los Fideicomisarios en forma inmediata.
7. Solución en caso de muerte de las partes, si son personas físicas, mediante la
 designación de Fideicomisarios Sustitutos.
8. Sistemas de control y reportes.
9. Asesoría de expertos en materia fiduciaria.