Autora: Martha Figueroa López- Fundadora de Compliance We Are.
¿Te has preguntado cómo lograr un cambio transformador en tu empresa? Cumplir la normatividad suele verse como una pesada obligación, sin embargo puede aumentar considerablemente el valor del negocio. La implementación de un Sistema de Gestión de Cumplimiento impacta de manera positiva en la forma de hacer negocios, pues eficienta los procesos, reduce el riesgo de multas y aumenta la reputación. No hay fórmulas únicas para llevarlo a cabo, solo necesitas saber hacia dónde quieres ir, cuándo quieres empezar y dónde estás parado.
El gráfico que se muestra a continuación es una de las formas de representar los elementos que conforman un Sistema de Gestión de Cumplimiento. No es un modelo único, insisto, pero sí lo considero práctico y sencillo. Además, gracias a su flexibilidad, se adapta a los requerimientos de cada empresa, según su complejidad, grado de madurez y número de colaboradores.
1. Cultura. Este punto se refiere a ¿quién eres?, es decir, cómo tomas decisiones, cómo estás organizado, cómo tratas a los clientes, cómo es la calidad de tus servicios, cómo es la interacción con los colaboradores. Si eres el Director General o del equipo ejecutivo no requieres de una intervención profesional para conocer las respuestas a estas preguntas. Tómate el pulso.
Toma el pulso al corazón de la empresa.
2. Diagnóstico. Para medir el grado de cumplimiento de la empresa, lo primero que debes verificar es que tus políticas y procedimientos estén alineados a la regulación aplicable y corroborar que se lleven a cabo. Dichas políticas y procedimientos deben estar actualizados, por escrito y comunicarse a colaboradores y terceros.
3. Gestión de Riesgos de Cumplimiento. Se trata de identificar, evaluar y mitigar las amenazas a las que está expuesta la empresa por falta de cumplimiento a la norma. Dichas amenazas pueden tener consecuencias económicas y/o reputacionales. Este proceso debe realizarse con una metodología.
4. Capacitación y Comunicación. Es necesario garantizar la existencia de canales de comunicación que dejen en claro a colaboradores e intermediarios el cumplimiento de la regulación aplicable. Asimismo, se requieren procesos de capacitación que medien el aprendizaje en este tema.
5. Toma de decisiones. Los pasos antes mencionados tienen como objetivo que los colaboradores adquieran la capacidad de tomar decisiones con una visión de negocio pero mitigando los riesgos de cumplimiento.
6. Monitoreo. Bien dicen que “lo que no se mide no se mejora” y en cuestión de cumplimiento lo que no se mide puede resultar en pago de multas, demandas y daño reputacional. Debe existir un proceso para medir y retar los controles establecidos.
7. Procesos de revisión y reporte. Los resultados del Sistema de Gestión de Cumplimiento deben comunicarse de manera periódica al órgano superior de la empresa, para que ésta, con dicha información, diseñe las estrategias que permitan mejorar el negocio.
Implementar un Sistema de Gestión de Cumplimiento no es complejo, pero sí debe existir una estrategia para direccionar los recursos y las acciones. ¿Tu empresa cuenta ya con este tipo de sistema o vas tarde? ¿Tus proveedores, casa matriz o terceros te han requerido un sistema de esta naturaleza? Recuerda que el mercado es altamente competitivo y las regulaciones cada vez más complejas. Seguir estos pasos podría mejorar tu retorno de inversión y además incrementar tu reputación al hacer negocios de la forma correcta.
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